Noruega, Países Bajos, Alemania, 2024
Dirección: Halfdan Ullman Tøndel
Guion: Halfdan Ullmann Tøndel. Fotografia: Pål Ulvik Rokseth. Musica: Ella van der Woude. Produccion: Eye Eye Pictures, Keplerfilm, ONE TWO Films, Film I Väst, Prolaps Produktion. Elenco: Renate Reinsve. Ellen Dorrit Petersen. Endre Hellestveit. Øystein Røger. Thea Lambrechts Vaulen.
Duración: 117 minutos
Armand, un niño de 6 años es acusado de traspasar ciertos límites con su amigo y compañero de clase Jon. Nadie sabe exactamente lo que ha ocurrido, así que la dirección del colegio convoca a los padres para discutir el tema, desencadenando un agitado conflicto que pondrá sobre la mesa cuestiones como la sexualidad en la infancia, la culpabilidad o la complejidad de las zonas grises que existen entre la violencia y el juego. Pero, como suele suceder en las grandes películas, aunque en apariencia la trama es pequeña y encapsulada, poco a poco empieza a mostrar sus ramificaciones.
El primer largometraje dirigido por Halfdan Ullmann Tøndel, nieto de Liv Ullmann e Ingmar Bergman, es una película angustiosa, cuya historia se desarrolla en un espacio reducido, al igual que Fin de fiesta, en concreto el interior de un colegio en donde supuestamente se ha producido un agresión sexual de Armand a su compañero de clase Jon.
Desde el comienzo queda claro que la principal prioridad de Tøndel es la construcción de atmósferas, con una puesta en escena y un diseño de sonido que delimitan espacios que han de entenderse más como la manifestación física de los tormentos psicológicos de la madre interpretada por Reinsve que como un escenario realista. El contraste de la belleza forestal del entorno con el coche recorriendo a toda velocidad una carretera solitaria y, sobre todo, los solitarios pasillos de una escuela donde resuenan los pasos con estruendo, dotan al relato de una riqueza sensorial y unas texturas audiovisuales densas e intrigantes.
El enorme edificio en claroscuro sirve, sin embargo, como claustrofóbica cárcel para seis personajes condenados a no entenderse, actores de una citación aparentemente precisa pero que encapsula en su interior la reactivación de batallas pretéritas imposibles de contener en una hora. La inmersión de este lugar en planos sombríos donde tan solo el silencio acompaña los ecos distantes, los sonidos reverberados o la densa atmósfera sonora es el elemento más poderoso de la estimable puesta en escena.
A pesar de ser realmente un drama, la película entremezcla aspectos de otros géneros hasta encontrar una personalidad propia. Por un lado, recurre a un humor cercano a la sátira para enfatizar la ridiculez de ciertas personas ante situaciones amenazantes e incómodas. Por otro lado, construye una tensión desde los diálogos, el diseño sonoro y la música, con la invalorable ayuda del gran trabajo interpretativo liderado por Renate Reinsve, Ellen Dorrit Petersen y Thea Lambrechts Vaulen.
El director no esquiva utilizar todos los recursos fílmicos para transmitir el costado más emocional de su protagonista que, siempre parca en palabras, se expresa sobre todo mediante sus silencios, movimientos y gestualidad, que añaden profundidad emotiva. Su musicalidad corporal, sus chocantes primerísimos planos, sus picados y contrapicados y su iluminación tenebrosa juegan a favor de una frustrante atmósfera, añadiendo tensión y gravedad al asunto.